viernes, 29 de enero de 2016

Escuela Normal Experimental
 "Mtro. Rafael Ramirez"


Nombre de la alumna:

Gloria Yareli Andrade Toledo.


Nombre del maestro (a):
Gabriela Flores J.


Materia:
Historia en la Educación en México.


Trabajo:
Blog.


Semestre:
Primero



Ejido Nuevo Leon, Enero del 2016.




Ejemplo de Historia


La independencia de México


La independencia de México fue un suceso político-histórico que tuvo una incursión armada, la cual culminó con la independencia de la nueva España y  la entrada del ejercito trigarante que fue comandado por Don Agustín de Iturbide.

Antecedentes de la independencia de México

Antes de la arenga de Don Miguel Hidalgo y Costilla, hubo un precedente de independencia, pues al ser invadida España por las tropas de Napoleón y obligar a la abdicación de Carlos IV y Fernando VII, es que el abogado Don Francisco Primo de Verdad y Ramos, reconociendo el antiguo derecho español, estableció la iniciativa de que las colonias del virreinato se independizaran, lo cual fue sofocado directamente en 1808 sin que pudiera prosperar.
Se formuló la conspiración y levantamiento en armas por Don Miguel Hidalgo y Costilla, precisamente por la misma causa a la que se juntaron la revolución de las 13 colonias, la revolución francesa y el hartazgo que la población tenía ante la discriminación de los españoles a los criollos, mulatos e indios.



Conspiración de Querétaro:


Este movimiento se presentó en diferentes etapas las cuales comenzaremos destacando  la conspiración de dolores, la que se realizó en la casa del Corregidor don Miguel Domínguez, liderado por Doña Josefa Ortiz de Domínguez y participando directamente algunos comerciantes, letrados, sacerdotes y militares:
  • Antonio Téllez
  • Capitán Joaquín Arias,
  • Don José Miguel Domínguez
  • Doña Josefa Ortiz de Domínguez
  • El Cura Don Miguel Hidalgo y Costilla
  • El Presbítero José María Sánchez
  • Epigmenio y Emeterio González
  • Francisco Araujo.
  • Francisco Lanzagorta
  • Ignacio Gutiérrez
  • Juan Aldama
  • Juan Nepomuceno
  • Laso Nepomuceno
  • Regidor Don José Ignacio de Villaseñor y Cervantez.

Conceptos de Primer y Segundo Orden


Los conceptos de primer orden comprenden los procesos históricos que se han desarrollado a lo largo del tiempo en diversas latitudes y espacios sociales.
Además de los contenidos históricos concretos, los conceptos de primer orden se refieren a los significados específicos que adquieren algunos términos convencionales o utilizados con diversas connotaciones en otras áreas del conocimiento social y humanístico. Para que uno de estos conceptos adquiera connotaciones históricas debe situarse en un contexto específico, es decir, en un tiempo y lugar, en un marco de referencia político y social.
Resumiendo, los conceptos de primer orden constituyen significados que se despliegan a partir de contextos específicos y apoyan un manejo preciso de los contenidos históricos.
Por otro lado, los conceptos históricos de segundo orden, pueden definirse como nociones que “proveen las herramientas de comprensión de la historia como una disciplina o forma de conocimiento específica (...) estos conceptos le dan forma a lo que hacemos en historia” (Lee y Ashby, 2000). Para Santisteban (2007, p. 19) se trata de metaconceptos, es decir conceptos de conceptos.
Entre estos conceptos de segundo orden se encuentran los siguientes: tiempo histórico (espacio-tiempo, procesos y actores), cambio y permanencia, causalidad, evidencia, relevancia y empatía.
Tiempo histórico
Sin duda, el concepto estelar “entre historiadores” es el de tiempo histórico, ya que sin él no es posible “historizar” (otorgarle densidad histórica) a ningún proceso, objeto o 19 personaje, esto debido a que fuera de él no podrían tener lugar. Como dice Marc Bloch (1982) “los hombres son hijos de su tiempo”.
El tiempo histórico implica siempre una relación entre el espacio  y el tiempo pues ambas dimensiones son indisociables. Y son estas coordenadas las que nos permiten “situar” un proceso determinado en la historia.
Cambio y continuidad
De hecho, como afirma Peter Lee (2005), los historiadores descartan la idea de que la realidad es estática, pero dan cuenta de procesos de continuidad que implican la larga duración.
Empatía
La empatía en historia tiene que ver con el supuesto de que la gente que vivió en el pasado no pensaba ni actuaba como nosotros y, por esta razón, al explicar los procesos en los que tomaron parte (ya fuese de manera individual o colectiva) es necesario hacerlo a la luz de su propio contexto y en el marco de referencia político, intelectual y cultural de dicho contexto y no desde nuestro propio marco de referencia.
Causalidad
La idea de causalidad se asocia a la de cambio en la medida en que se identifica con procesos que rompen con el continuom de la vida cotidiana. No obstante, las causas desencadenantes de estos procesos no constituyen “eslabones “decadenas” de eventos lineales, sino que forman parte de redes complejas que interactúan directa e indirectamente de manera simultánea para producir conjuntos de procesos que no ocurrirían si esta retícula no se hubiese puesto en movimiento.
Evidencias (fuentes históricas primarias y secundarias)
Esta noción es clave pues involucra la cuestión de cómo conocer el pasado y, por ende, se refiere al reconocimiento de la historia como una disciplina que nos permite conocer el pasado a partir de evidencias materiales y registros de diversos tipos (fuentes históricas primarias) con independencia de las narraciones o recuentos que podemos encontrar en libros, enciclopedias o páginas de Internet y otras fuentes secundarias.
Relevancia histórica
El concepto de relevancia histórica implica preguntarnos ¿qué y quién, del pasado, vale la pena ser recordado y estudiado? Esto tomando en cuenta que no podemos estudiar ni todo ni a todos.

Educacion en el Siglo XlX, XX y XXl

El propósito de «La Educación Contemporánea» es ayudar a estudiantes y profesores de ciencias de la educación, ante los nuevos planes de estudios y cuestionarios establecidos por el Ministerio de Educación.
Su contenido escoge las teorías y realizaciones educativas de los siglos XIX y XX, y las perspectivas del XXI. El deseo de esta educación es elevar el nivel de los alumnos ante la sociedad del futuro, ajustándose a los tiempos.

CARACTERÍSTICAS

SIGLO XIX: 

  • Surge la concepción de la escuela como la institución básica. 

  • La pedagogía por otra parte, se originó también en épocas antiguas.

  • El pensamiento pedagógico puede decirse que comenzó su desarrollo desde los propios albores de la humanidad. 

  • Surgen las denominadas escuelas para la enseñanza de los conocimientos. 

  • El desarrollo del pensamiento pedagógico tiene lugar en Grecia y Roma. 


SIGLO XX:                                

Se organiza la educación con criterio social-económico, desde la pre escolaridad  hasta el nivel superior. 
Se promueve la igualdad de oportunidades en educación.
Se aprecia más ampliamente la objetividad de la enseñanza.
El docente es ilustrado a los efectos de su perfeccionamiento cultural y educativo.  

Se valora la personalidad del educando y le guía oportunamente para su desarrollo total.

Se estudia y profundiza la influencia del contexto escolar sobre la educación. 

 SIGLO XXI: 

La educación busca dentro de sus objetivos últimos la formación integral del ser humano. 
Busca intervenir en las Dimensiones Cognitivas (conocimientos) Axiológica (valores) y Motora (Habilidades y Destrezas), para mejorar la calidad de vida. 


Exige el desarrollo de capacidades: 

  • ·         Pensamiento sistemático
  • ·         Trabajo en equipo
  • ·         Abstracción
  • ·         Aprender a experimentar


Prepara al joven para tener la facilidad de encontrar salidas pertinentes y adecuadas.
A través de la Educación Contemporánea se desarrollan:
  • ·         Capacidades físicas e intelectuales
  • ·         Habilidades
  • ·         Destrezas
  • ·         Técnicas de estudio


REPRESENTANTES

Educacion en el Siglo XlX

La pedagogía de Rousseau va a influir decisivamente en el siglo XIX, aunque cada autor tomará un camino peculiar dando entrada a un cúmulo distinto de opiniones sobre todo referentes a los fines de la educación. La corriente psicológica que preconiza Luis Vives y que impulsó el realismo pedagógico alcanzó su cénit en Rousseau, que basa las etapas de la educación en el desarrollo psicológico delsujeto. A pesar de todo, en la etapa siguiente la psicopedagogía va a alcanzar edad de adulta y por eso durante este siglo se perfila una corriente conocida con el nombre de pedagogía psicológica.

Hoy día no se duda de la necesidad de un conocimiento psicológico, pero esta ideología parte de los finales del siglo XVIII y principios del XIX.
Hay que tener en cuenta que la necesidad de conocer al niño de cara a su educación es una idea muy vieja que podemos ya encontrar en Platón y Aristóteles. Será Quintiliano quien vuelva por los antiguos fueros para olvidar todo y caer en una concepción masificante. Después de este olvido hay que esperar a Luis Vives y posteriormente a Locke para llegar a Rousseau que impone una psicología empírica, pero no por eso falsa, aunque sólo sea por haber implantado los principios esenciales. De allí nace la necesidad de conocer al niño, de diferenciar la psique del niño, de la del adulto y, en fin, acomodar la educación a las etapas del desarrollo humano.

Dos autores y pedagogos que por ellos solos representan toda la educación de esta vertiente: Pestalozzi y Herbart.

Si hiciéramos caso de la necesidad de buena presencia física para poder educar, tendríamos que eliminar a Pestalozzi. Endeble, feo, enfermizo, desaliñado y con un aspecto ingenuo, hay que considerarlo como el gran genio pedagógico «conocido en los cinco continentes». Sus ideas triunfan dentro de su misma patria (Suiza), donde los Institutos Hofwil son modelos de escuelas filantrópicas dedicadas a la experimentación agraria. Pasan a Alemania y a Prusia, donde Humboldt inicia una
reforma inspirada en la obra de Pestalozzi. Todos los países se abren a la influencia pestolizziana y en España comienzan a funcionar escuelas de la misma tendencia en Tarragona, Santander y Madrid.

1.1 Bases de la pedagogía de Pestalozzi

El fin de la educación según este autor es asegurar a cada niño el desarrollo integral al que por haber nacido tiene derecho. Este fin lo llevará a fundamentar su pedagogía, en la que nada se olvida. En primer lugar aboga por el respeto a la individualidad del sujeto, teniendo en cuenta que el individuo es una unidad de inteligencia, sentimiento y moralidad. Cuando una de estas características cae en el olvido, se produce la desarmonía y por tanto la nulidad de la educación integral.
Lo importante es la experiencia del educando que está garantizada por su misma curiosidad intelectual (recordar la tesis de Rousseau). Por esta razón Pestalozzi no tiene horario fijo para la actividad educativa: respeta al máximo los intereses del niño y aprovecha en todo momento su deseo de aprender. Para ello plantea una educación progresiva y uniforme de la que se descarta en ocasiones lo espiritual y la moral. Alguien le achacó esta deficiencia, pero Pestalozzi queda a salvo, ya que cree que la educación religiosa y moral debe llevarse a cabo en el seno de la familia.
La enseñanza debe partir de los objetivos y de la observación para elaborar racionalmente los datos universales de forma, número y nombre. Parte de la idea de Rousseau: no enseñaréis nunca nada a un niño si éste no lo puede ver. Pero, a partir de aquí, elabora una doctrina más concreta sobre la intuición de los objetos, base de la intuición intelectual que es a la que pretende llegar. El sujeto capta la forma del objeto (dibujo geométrico), sus partes y sus números (aritmética) y asocia entera la nueva experiencia a un sonido articulado o nombre (lenguaje y gramática práctica). De esta forma pone de relieve la experiencia como base de la intuición y, en último término, de la intuición intelectual.

1.2 La obra de Herbart

Herbart fue el autor que dio base teórica a la pedagogía mediante un riguroso estudio que le ha valido el título de «fundador de la pedagogía científica». Su preparación teórica tanto en Filosofía como en Psicología supera a los autores anteriores. No es de extrañar que sus dos obras capitales: La pedagogía general
deducida del fin de la educación y Ensayo de un curso de pedagogía, sean dos estudios rigurosamente científicos en los que plantea una serie de puntos inexistentes hasta el momento: el verdadero campo de la conciencia, la definición previa de los fines, los medíos educativos y la posibilidad de la educación, que hoy
día constituyen los temas capitales de la educación.


Primeros intentos para la Organizacion del Sistema Educativo Nacional

EDUCACION EN MEXICO (SIGLO XIX)


A principios del siglo XIX, las ideas de la Ilustración, que tomaban en cuenta muchas de las premisas educativas de Rousseau -que proponía una formación basada en la naturaleza humana y en la libertad de aprendizaje- influyeron en la forma de conceptuar la educación en México. Los criollos liberales que luchaban contra el absolutismo español y los insurgentes mexicanos coincidían en la necesidad de formar un sistema educativo que tuviera un carácter menos religioso y que fuera más incluyente.

Este debate entre una postura rígida de la educación como instrucción y la postura flexible como formación prevaleció aún después de la Independencia e incluso se intensificó por la aguda lucha entre conservadores y liberales. Las leyes liberales de 1883, van a sentar las bases de tal educación: libre, secular y de competencia del Estado.

El primer Ministerio que se encargó de la educación pública fue la Secretaría de Estado y del Despacho de Relaciones Exteriores e Interiores - 1821-1836 -; le siguió el Ministerio del Interior, que además del ramo de Instrucción Pública se encargaba de los Negocios Eclesiásticos y de Justicia. Ambos bandos buscaban, entre otras cosas, mantener el control de las instituciones educativas. Fue en 1841 que se creó el Ministerio de Instrucción Pública e Industria. Dadas las vicisitudes políticas de mediados del siglo XIX, el ramo educativo pasó al Despacho de Relaciones Interiores y Exteriores.  En 1842, ante la falta de consenso, el Estado encargó a la Compañía Lancasteriana, la única institución educativa que se había creado hasta ese momento, el manejo de la Dirección de Instrucción Pública.[2] Sin embargo, el papel de la iglesia en la educación y la noción de libertad educativa fueron los temas que desencadenaron nuevamente el conflicto. Los liberales proponían la libertad de enseñanza con el objetivo de acabar con el monopolio eclesiástico sobre la educación. Finalmente, el esquema liberal fue el que triunfó y sentó las bases de un nuevo sistema educativo en manos del Estado.

El segundo Imperio 1864 -1867, crea sus propias instituciones, la educación estuvo entonces atendida por el Ministerio de Instrucción Pública y Cultos (Con este nombre, aunque redefiniendo constantemente sus funciones y actividades, este Ministerio se ocupará de la educación en México hasta entrado el siglo XX, (1905)).

De esta manera, al triunfo definitivo del proyecto liberal en 1867 el gobierno de Benito Juárez  promulgó la Ley Orgánica de Instrucción Pública. En ella se establecía la educación primaria gratuita y obligatoria, se excluía del plan de estudios toda enseñanza religiosa y contenía disposiciones para la educación secundaria, entre las cuales destacaba la creación, bajo los principios del positivismo, de la Escuela de Estudios Preparatorios, la cual habría de sentar las bases de la educación profesional. La ley sólo regía al Distrito Federal y a los territorios federales, pero ejerció influencia sobre las leyes estatales.[3]

Durante el porfiriato, Joaquín Baranda, Ministro de Justicia e Instrucción, convocó a dos congresos en los que se reunieron pedagogos, maestros, intelectuales y autoridades. Los resultados de estos congresos contribuyeron a definir un nuevo proyecto gubernamental de educación pública, que se consolidó con la promulgación de la Ley de Instrucción Obligatoria de 1888.

Sistema Lancasteriano

Llamaron a su organización Compañía Lancasteriana en honor a Joseph Lancaster. Esta escuela fue la que gano para el método la atención y el apoyo del gobierno y el público. En 1842 el gobierno nacional le entrego la dirección de la instrucción primaria de toda la República Mexicana. En 1842 y 1845 encabezo la Dirección General de Instrucción Publica y al terminar su gestión dejo 106 escuelas primarias en la capital, con 5847 alumnos, todos usando el sistema mutuo.
Produjeron nuevas y oportunas instituciones, debidas en su mayor parte a la iniciativa privada. La primera escuela que se abrió de manera privada fue la Compañía Lancasteriana. El objetivo de estas instituciones era difundir en México la enseñanza mutua/libre. El sistema Lancasteriano fue adaptado por Bell y Lancater de origen Inglés. La organización o el método que usaban era muy diferente al que hoy en día se está acostumbrado debido a que el trabajo del profesor consistía en elegir a los estudiantes más destacados, los cuales después enseñaban a 10 o 20 niños en forma de un semicírculo, a éstos enseñantes se les llamaba monitores, además de estos, existía un funcionario más importante, el inspector, su función era de vigilar a los monitores, de entregar y recoger de éstos, los útiles de la enseñanza y de indicar al maestro los que deben ser premiados o sancionados. Su función del docente a la hora de clase consistía en observar la marcha del aprendizaje y a mantener la disciplina. La enseñanza en las escuelas Lancasterianas era en un lugar amplio y "convenientemente distribuida, facilita las tareas escolares que el maestro ha planeado y explicado de antemano a los monitores. Un severo sistema de castigos y premios mantiene la disciplina. El maestro era como un jefe de taller que lo vigilaba todo y que intervenía en los casos difíciles".
El tañido de la campana, indicación de cambio de actividad, gobernaba un día típico en la escuela lancasteriana. Los monitores o ayudantes de los maestros se presentaban temprano en la escuela antes de los demás, para recibir instrucciones sobre las clases de lectura, escritura, aritmética y doctrina cristina, que impartían a sus diferentes grupos. Los alumnos llegaban a las 9, antes de entrar a la escuela formaban filas para que los instructores revisasen la limpieza de la cara, manos, las uñas de los dedos chicos, sin olvidar las ropa y el calzado.
Al toque de la campana, los niños entraban en filas o un salón grande con largas mesas y bancos alineados frente a una plataforma donde estaba el escritorio del maestro. A cada alumnos de aquel se sentaban los instructores generales del orden, niños que ayudaban al director a mantener la disciplina y a transmitir ordenes a la clase; un instructor general vigilaba el orden por la mañana y otro por la tarde. Al mismo tiempo, bajo la vigilancia del maestro y los instructores, “los alumnos se ponían enfrente de las mesas, se quitaban los sombreros, se los echaban en las espaldas, sujetos por un cordón y se arrodillaban para rezar una breve oración”.
La primera asignatura era la escritura dividida en 8 clases. Los alumnos más chicos ocupaban las mesas situadas inmediatamente frente al director. Estos, en ves de una superficie de madera, tenían una caja llena de arena. Los 10 niños sentados del mismo lado de la mesa miraban al instructor dibujar una letra en la arena. Enseguida, ellos intentaban imitarlo. Los diestros lo dibujan solos sin ayuda del monitor. En lecciones subsecuentes, el instructor se ponía de pie sobre el banco al otro lado de la mesa, indicaba las letras del alfabeto escritas en un tablero.
Las enunciaba en voz alta, despacio y con un tonillo especial: “primera clase. Atención: A mayúsculas”, y apuntaba la mencionada letra. Todos los niños de la clase marcaban luego la marcaba la misma letra en la arena con un punzón o con el dedo. La mañana se dedicaba en practicar la letra mayúscula y en la tarde las minúsculas.
En las 5 clases siguientes se aprendía la escritura en pizarras con ejercicios de palabras de una a 5 silabas, dictadas para cada instructor, según el orden de la clase. La voz del monitor ordenaba cada acto como: “manos a las rodillas, manos sobre las mesas, presenten pizarras y pizarrines, etcétera”. Para evitar confusión y ruido, cada instructor comenzaba en dictado cuando el anterior había terminado de hablar. Después de dictar 3 palabras, y a la señal de “examen” dada por el maestro y transmitida a cada instructor, se revisaban las pizarras de los niños de cada clase. La escritura en papel se reservaba para las clases superiores, cuyos alumnos practicaban muestras de la letra grande, mediana y cursiva, con el fin de alcanzar la perfección de su letra y al mismo tiempo aprender la moral y la urbanidad.
El tañido de la campana ponía fin a la clase de escritura. Los niños se levantaban enseguida de sus mesas y caminaban a los pasillos para formarse en semicírculos, movimiento o evolución que ejecutaban en 3 minutos en completo silencio. Cada niño se colocaba en el semicírculo que le correspondía según su nivel de lectura y buscaba el “telégrafo” indicador de su propia clase. Aquel constaba de palos de madera con un aspa de hojalata con el número de la clase en un lado y en el otro EX que quería decir examen. El instructor sacaba el telégrafo de su agujero en las mesas de escribir y lo colocaba en dos asas de hierro fijas en la pared en medio de cada semicírculo. El instructor señalaba con su puntero de otate las letras, silabas y palabras escritas en grandes carteles colgados de la pared en medio de cada circulo de niños, quienes recitaban en vos alta, según el método “silabeo” o sea, después de aprender las letras individuales, unían vocal y consonante para formar una silaba.
Los chicos de clase superiores leían obras con las fabulas de Samaniego. De modo semejante se procedía en otras materias. La clase de aritmética, dividida en 8 lecciones exigía de los niños que escribiesen en la arena los guarismos mientras otras secciones lo hacían en el pizarrón o en pizarras individuales. Trabajaban media hora en los tacos y un cuarto de hora recitaba las tablas en los semicírculos. Hacia aprendían las operaciones fundamentales, quebrados, la regla de 3 y demás operaciones.
Como se colige de esta descripción, el principio fundamental des sistema lancasteriano consistía en tener al niño en constante actividad. Así se evitaba el aburrimiento, pues siempre aprendía algo de instructor en su pequeño grupo. Todo niño tenia que tener algo quehacer a cada momento y una razón para hacerlo. Lograr este objetivo significaba un complicado sistema de registro del paso del alumno de una clase a otra.
Al final del mes, el maestro examinaba individualmente a cada niño. El que sabía lo requerido de una clase pasaba a la siguiente y su avance constaba del libro de registro. Un niño podía estar, al mismo tiempo, en el grupo adelantado de lectura, en el intermedio de escritura y en otro elemental de aritmética o catecismo. De ahí en cada semicírculo se encontrase muchachos de diferentes edades, pues su asignación a una clase dependía de la habilidad y no de la edad.
Aspecto importante del método lancasteriano era el sistema de premios y castigos. El instructor del grupo reportaba al desobediente al instructor de orden quien administraba la sanción. Los castigos consistían en golpearle del cuello al niño una tarjeta, la “divisa de castigo” con la leyenda alusiva: travieso, indisciplinado, chismoso, enredador o peleonero, u obligarlo a arrodillarse y poner los brazos en cruz, a veces con piedras pesadas en las manos, el estudiante era conducido al director en cada de faltas mas serias para recibir golpes con palmeta. “algunos ilusos, y este caso era general en las escuelas primarias, pegaban en las palmas de las manos dos cabellos en forma de cruz, pues creían a pie juntillas que la palmeta, al tocarla santa insignia, saltaría reducida en mil pedazos”.
El día escolar duraba de 6 a 7 horas de clase, con un descanso de 2 horas a medio día para comer en la propia casa.

NUEVO:

Se crea 1843 las escuelas de  agricultura y de artes y oficios, se impulsa la educación primaria y se infunde vida mas vigorosa a la academia de las 3 nobles artes, se especializan carreras en el colegio de minería, se efectúan cambios importantes en los estudios médicos y se declaran nacionales todos los establecimientos de educación oficial.

CARACTERÍSTICAS:

  • Se utilizaba una nueva técnica pedagógica por la cual los alumnos más avanzados enseñaban a sus compañeros.
  • Un solo maestro podía enseñar de 200 hasta 10000 alumnos, con los que bajaba el costo de la educación
  • Los alumnos eran divididos en pequeños grupos de 10; cada grupo recibía la instrucción de un monitor o instructor, que era un niño de más edad, y más capacidad, previamente preparado por el director de la escuela.
  • Las asignaturas que se impartían eran: escritura, lectura, aritmética y además se les enseñaba doctrina Cristiana.
  • Desde la entrada del niño a la escuela hasta su salida por la tarde, sus actividades estaban controladas por una serie de requisitos, ordenes, premios y castigos.
  • En las escuelas era común que las ventanas estuvieran rotas y tapadas con bastidores de madera.
  • Algunas escuelas tenían baño, que consistía de un cajón, pero la mayor parte optaba por dejar a los niños salir a la calle provocando quejas de las autoridades municipales.
  • En las paredes había un Santo Cristo de madera y alrededor del cuarto se suspendían grandes carteles para la enseñanza de la lectura y la aritmética.
  • Un día común en una escuela Lancasteriana era de 6 o 7 horas de clase, con un descanso de dos horas al medio día para comer en casa.
  • Al entrar a la escuela en la mañana, el niño se formaba en línea con sus compañeros de clase para la inspección de: cara, manos y uñas, su ropa debía estar limpia, sus zapatos o pies sin lodo
  • Para escribir se usaban pluma de ave que habían sido cortadas y preparadas por el director de la escuela. La tinta se hacía de huizache y caparrosa y costaban un real cada cuartilla (equivalente a 4.033 Litros). El papel generalmente era de un tipo llamado de Holanda o a veces era de maguey.
  • Los utensilios de enseñanza presentaban un gasto fuerte, ya que equivalían a una tercera parte del presupuesto mensual de 8 pesos destinados a los utensilios (arena, pizarrines y plumas).
  • Divisas de mérito y castigo, unas tarjetas o planchuelas de madera que el director colgaba con una cuerda al cuello del niño.
  • Horario de la mayor parte de las escuelas era de 8:00 a 12:00 y de 2:00 a 5:00 o sea 7 horas de clases.
  • Generalmente el mayor número de niños asistía en las mañanas no en las tardes, el 80% de los alumnos tenían entre 6 y 10 años, aunque algunos solo tenían 4 años y otros 14 años